sábado, 21 de noviembre de 2009

El difícil trabajo de ser baseballista en Argentina

La falta de una liga profesional, o de al menos una liga nacional, obliga a los pocos jugadores dúctiles a emigrar con el sueño de vivir del baseball en algún momento de sus vidas.

El baseball es un deporte que en la Argentina aún no ha penetrado como lo han hecho otros deportes provenientes de América del Norte, por ejemplo el básquetbol y en mucha menor medida el fútbol americano. Pese a estar varios pasos atrás que estas actividades, las ligas locales se han arreglado para tener un par de jugadores profesionales en el mundo.

Argentinos jugando profesionalmente en el mundo no hay muchos; esto se debe al nivel amateur de las competencias regionales y a la falta de una liga nacional y de un torneo con gran nivel que fomente el desarrollo de los atletas. De esta manera, los más capaces, rápidamente hacen el salto cualitativo y pasan a jugar en las ligas menores de Estados Unidos, o en Italia.

En Estados Unidos hay seis jugadores actualmente: Federico Tanco, Diego Echeverría, Lucas Nakandakare, Jacinto Cipriota, Juan Martín y Mauricio Nagahashi. Todos ellos en las ligas menores estadounidenses que, de menor a mayor están dividas desde R, luego SA, después la categoría A, le sigue AA y finalmente el escalón anterior de las ligas mayores es AAA.

Tanco es pitcher y compite en la liga SA (Short A) arrancó su carrera en Independiente, y luego por tener un potente lanzamiento fue avanzando en las divisiones menores, comenzó en la categoría R –de rookie o novato- donde estuvo dos años jugando y a base de buenas actuaciones fue promovido a la liga de nivel A.

Federico Tanco, quien en el 2005 firmó un contrato con Washington, es el jugador argentino con mayor proyección. Habrá que ver cómo evoluciona, ya que este lanzador de 23 años tuvo varios roles desde que es profesional y aún no pudo encontrar su posición en el equipo, ni como abridor, ni como relevista.

Juan Pablo Hidalgo es jugador de la liga Rosarina de baseball y explicó que él no tuvo la chance de jugar contra Federico Tanco, pero que sí lo ha visto jugar en un Torneo Nacional de Clubes, donde Tanco brilló, era joven aún y ya sobresalía por sobre el resto de los otros jugadores locales con un poderoso lanzamiento.

Luego está el caso de Diego Echeverría, pitcher de 24 años y nacido en Dolores. Él es jugador de la organización subcampeona de la última Serie Mundial, los Tampa Bay Rays.

Echeverría, tanto en el 2007 como en el 2008 jugó en la categoría SA, donde juega ahora Tanco, en cambio la temporada que recién terminó Echeverría lo hizo en el nivel A. Este año fue de adaptación a esta Liga, no tuvo muy buenos números, pero le servirá como experiencia para la temporada que viene, siempre y cuando busque seguir asciendo escalones hasta un día poder llegar a las Majors. Posiblemente Echeverría esté jugando algún tiempo más en esta liga, mientras tanto los entrenadores le están dando la oportunidad de seguir desarrollando sus lanzamientos.

Hidalgo sí jugó contra Echeverría, lo hizo en un Torneo Nacional de Clubes, en su único turno al bat contra Diego, no pudo hacer nada más que ver la pelota pasar tres veces por dentro de la strike zone.

Los cuatro argentinos restantes están todos en las ligas de nivel R. Claudio Fukunaga, infielder, jugó 20 partidos esta temporada y no rindió, aún no se sabe si volverá al país el año entrante o tendrá una nueva oportunidad en Estados Unidos.

También juega ahí Lucas Nakandakare, cátcher formado en Vélez, nacido en 1989, jugó 27 partidos este año y tampoco tuvo una sobresaliente temporada.

A su vez, Jacintio Cipriota, segunda base solamente pudo disputar cuatro toda la temporada debido a una lesión en su muñeca. En el 2008, el último año que pudo jugar completo, llegó a las expectativas esperadas, por eso seguirá al menos un tiempo más desarrollándose en Estados Unidos.

Juan Martín y Mauricio Nagahashi también están en las ligas menores, pero son más jóvenes y les falta mucho por formarse deportivamente por eso aún no se sabe qué puede pasar con ellos, posiblemente si su nivel es el esperado por los entrenadores seguirán avanzando en estas ligas menores.

El baseball argentino necesita un León Najnudel, alguien capaz de armar un torneo nacional anual, como el que se armó en el basquetbol a mediados de los 80’s y como resultado fue una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 2004. Posiblemente sea una locura pensar que el baseball argentino gane una medalla olímpica, pero necesita ir armando los cimientos si se quiere progresar en este deporte. Lo que primero se requiere, dirigentes que tengan ganas de que el juego del bate y la pelota se empiece a fortalecer a nivel nacional.

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