jueves, 19 de noviembre de 2009

Noam Chomsky visita Venezuela

La visita que Noam Chomsky realizó a Venezuela el pasado mes de agosto causó gran revuelo en todos los países. La noticia ocupó varias páginas de análisis de realidad política internacional en numerosos y prestigiosos diarios del mundo entero.


En el Palacio de Miraflores, en Caracas, el presidente venezolano Hugo Chávez esperaba al famoso analista político y lingüista estadounidense. "Te doy la más calurosa bienvenida (...) ya era hora que nos visitaras y que el pueblo venezolano te viera y oyera directamente". Con estas palabras saludó el presidente a Noam Chomsky el pasado 25 de agosto. Comsky agradeció cortesmente las palabras del mandatario venezolano diciendo como de emocionante es "ver en Venezuela cómo se está construyendo ese otro mundo posible y ver a uno de los hombres que ha inspirado esta situación" en clara alusión a Chávez.


La visita de Chomsky venía motivada por una conferencia que debía dar en el Teatro Teresa Carreño. Con la sala llena y con la televisión pública venezolana grabando el acto, el profesor emérito del MIT criticó "la mentalidad imperial" de los Estados Unidos, y acusó a la primer potencia del mundo de "exacerbar las tensiones en los países latinoamericanos". "Hablar de la paz y criticar a aquellos que estén en contra de la paz, de alguna manera es fácil, lo difícil es crear un nuevo mundo, un mundo diferente", manifestó Chomsky.


El diagnóstico que el analista político propone para los territorios latinos es el siguiente. “América Latina es probablemente la región más desigual del mundo. Es una región muy rica, siempre gobernada por una pequeña elite europeizada, que no asume ninguna responsabilidad con el resto de sus respectivos países”. Estas pequeñas élites, mayoritariamente blancas, controlan la riqueza del país, la tierra, y no tienen responsabilidad con el resto de la población, que viven en situación de pobreza. El país es rico, los habitantes no.


Chomsky argumenta que “hace falta involucrar a las grandes mayorías en la sociedad funcional, romper el yugo de las élites”. En este sentido, toda América del Sur se ha movido hacia la integración, un prerrequisito para la independencia; ha ampliado sus vínculos internacionales y ha empezado a enfrentar sus desórdenes internos, entre los cuales destaca el tradicional dominio de la minoría europeizada pudiente sobre un océano de miseria y sufrimiento.


A raíz de la creación de UNASUR, MERCOSUR y ALBA, esta integración se ha hecho más evidente y ha otorgado a las naciones formantes un marco institucional propio, sin interferencias ajenas. Es aquí donde surge la preocupación de las grandes potencias que controlan el planeta. Es aquí donde EEUU comienza a preocuparse, porque ve explícitamente cómo siguen adelante los países que, años atrás, tenían controlados.


Control debilitado

Hasta la creación de las instituciones que hoy en día aglutinan los países de América del Sur, EEUU (y todos los gobiernos imperialistas) habían utilizado dos formas de control. Una era el uso de la violencia; la otra, el estrangulamiento económico. Hoy, ambas medidas se han suavizado. Ya no se puede derrocar un país con la fuerza militar tan descaradamente como se hacía décadas atrás. Aún así, Guatemala sigue con un gobierno de facto.


Con el cambio de presidente en EEUU, muchas son las voces que ven un futuro más esperanzador. Con Obama parece que la política exterior estadounidense va a cambiar. Pero, como apunta Noam Chomsky, “la política proviene de las instituciones, no está hecha por individuos. Las instituciones son muy estables y muy poderosas”. Obama puede prometer (y de hecho lo hizo) que las relaciones con América de Sur tendrían otra perspectiva. Pero las palabras de un presidente, aún por su cargo, no hacen cambiar de un día para otro el establishment de las instituciones.


Con esta situación, Chomsky vuelve la vista hacia América Latina, región a la que califica como “lugar interesante” porque “es uno de los sitios en los que hay verdadera resistencia a todo esto. ¿Hasta dónde llegará? No se sabe. No me sorprendería que haya un giro a la derecha en las próximas elecciones en América del Sur. Aun así, se ha logrado un avance que sienta las bases para algo más. No hay muchos lugares en el mundo de los que pueda decirse lo mismo”.



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