lunes, 23 de noviembre de 2009

"Historietas a la parrilla" (Apuntes sobre el mercado argentino de comics)

La historieta siempre fue un género que contó con una gran aceptación en nuestro país. Su público fue alternándose entre los más jóvenes y el de todas las edades. La actualidad del mercado argentino parece someterse al gusto que genera a nivel global el material proveniente del país del sol naciente.

El fenómeno mundial que significó el éxito de la adaptación televisiva de la historieta de “Batman” en los años ’60 provocó que surjan para el personaje situaciones que alternaban lo chistoso con lo absurdo. El suceso se trasladó a las páginas de sus comics en los que el personaje se veía envuelto en ámbitos que, por lo general, se desarrollaban en el espacio exterior, ambiente poco frecuente para la criatura creada por Bob Kane a fines de los años ’30 pero que era muy común para los lectores de entonces.

El alcance global que tenía esta tendencia, en la gran mayoría de los personajes de los comics, llegó hasta nuestro país en los que se empezó a considerar al género como destinado solamente para un público infantil. La única excepción en la que ello no ocurrió fue en Europa donde desde siempre la historieta tuvo un público adulto que recibía material acorde con sus gustos, ya sea en formato de libros o de antologías, en el que se encontraban personajes y situaciones que poco podían relacionarse con los lectores púberes.

Las antologías (ediciones que contaban con un promedio de 80 páginas con media docena de historias cada una) también tuvieron su apogeo en Argentina desde los años ’50 hasta entrada la década de los ’90 con las revistas que publicaba la editorial Columba entre las que se destacaron Nippur Magnum, D’artagnan, El Tony, Fantasía o Intervalo. Cada una de ellas dirigida a un público distinto (que incluía específicamente a las mujeres en el último ejemplo citado con historias de índole romántico). Varios personajes de esas publicaciones aparecen en la actualidad en distintas revistas o recopilaciones.

A partir de 1986, la editorial norteamericana DC Comics opta por aggiornar a sus personajes y decide retomar sus orígenes en un intento de modernizarlos para el público lector del momento. En esa oportunidad, se elige darle determinadas características a los superhéroes para que resulten atractivos para el público en general. Las películas sobre Batman que realizó Tim Burton en esos años [Batman (1989) y Batman Returns (1992)], le devolvieron un carácter popular a las historietas provocando un nuevo fenómeno y despertando la curiosidad de aquellos que quisieran encontrar en papel el mismo grado de entretenimiento que descubrieron en las adaptaciones cinematográficas.

Eso fue el puntapié para que en nuestro país se comercialicen en forma masiva ediciones locales de comic-books: revistas de 22 páginas que contaban historias de solo un personaje. Desde mediados de la década del ’90 era común ver en los kioscos las ediciones argentinas de los famosos superhéroes norteamericanos que volvían a ser “leídos” por gente de todas las edades.

La equiparación del valor del peso con el del dólar permitió que se abriera el mercado de las importaciones y, con ello, se dio espacio a ediciones internacionales de las mismas revistas que acapararon los puestos de venta con publicaciones mucho más económicas que las realizadas en el mercado argentino. La crisis económica del 2001 provocó la cancelación de las colecciones editadas a nivel local. Un nuevo intento surgió en Diciembre de 2002, pero la posibilidad de importar nuevamente ese mismo tipo de material volvió a echar por tierra este novel proyecto en agosto de 2007.

Ante la posibilidad de recibir mejor remuneración en el exterior, muchos artistas nacionales optaron por ofrecer sus servicios en el extranjero siendo reconocidos en distintas partes del mundo llegando, incluso, a tener más material publicado en el exterior que en nuestro país debido a la gran producción de material historietístico que se da en continentes como el europeo o el norteamericano.

En la actualidad, nuestro mercado está acaparado por la publicación de mangas originales (comics de origen japonés) o adaptados de los animé (dibujos animados del mismo país de origen). El auge con el que cuenta esta industria causó que se publiquen ediciones locales con éste tipo de material (en tomos con un promedio de 200 páginas en blanco y negro) debido a que es el que genera más dividendos a nivel mundial. Esta moda es acompañada por presentaciones de artistas y productos en convenciones como Animate de gran convocatoria para el público ávido de éste tipo de lectura.

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