miércoles, 25 de noviembre de 2009

Un pequeño territorio con una historia gigante detrás


Las idas y vueltas entre Argentina e Inglaterra acerca de la soberanía sobre las Islas Malvinas nunca acabaron. Hoy, a menos de un año de cumplir los 200 años de vida el conflicto sigue vigente. Las Islas Malvinas fueron descubiertas en el año 1520 por un tripulante de uno de los tantos barcos que en ese entonces realizaban la expedición de Magallanes. Por una decisión pura y exclusivamente del Papa S. Hormisdas, las islas pertenecían a España. Una vez creado el virreinato del Río de La Plata en 1776, las Islas Malvinas estaban dentro del territorio de la gobernación de Buenos Aires. El 25 de Mayo de 1810 fue el día en que se formó el primer gobierno patrio y se comenzó a escribir la historia de nuestro país. Por ese entonces, Malvinas estaba incluida dentro de la jurisdicción nacional. Ya en 1820, la fragata Argentina “La Heroína” fue enviada a Malvinas con el fin de tomar posesión definitiva del archipiélago. Quince años más tarde, el gobierno Británico reconoció la independencia Argentina y no hizo ningún tipo de reclamo. Luis Vernet, un comerciante alemán con intereses puestos en la prosperidad del lugar, fue nombrado gobernador de las islas en 1829. Durante este mismo año, Gran Bretaña hizo un reclamo de derecho de soberanía, adjudicándose propia el descubrimiento de las islas, y tras cuatro años, Inglaterra puso a las Malvinas bajo su dominio, expulsando a las autoridades criollas que habitaban el lugar. En 1842 la casa bancaria “Baring Brothers” envió a Buenos Aires un comisionado para llegar a un arreglo en el pago de una deuda atrasada, a lo que el Gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, ofreció no exigir ni pelear por la soberanía de las islas a cambio de saldar el empréstito y las deudas vencidas que mantenía la provincia con la empresa. La gestión no dio resultado y de esta manera Inglaterra mantenía el dominio de las islas y la deuda se acrecentaba año tras año. Desde 1843 que el gobierno británico puso bajo administración del gobierno de las Malvinas a las llamadas “Dependencias de las islas Malvinas”, territorios que mantuvieron un estatus separado con autonomía financiera. Todas estas medidas alejaban cada vez más a nuestro país de las islas, y no sólo por decisiones políticas y económicas del Reino Unido, sino por que los malvinenses preferían estar bajo representación y dominio de una potencia como Inglaterra y no de un país recién independizado como el nuestro. El 25 de julio de 1848, durante un debate parlamentario, William Molesworth fue el primer británico en oponerse públicamente a la postura gubernamental, sosteniendo que debía reconocerse "el reclamo de Buenos Aires sobre las islas Falkland", lo que permitiría reducir los elevados gastos que tenia la estación militar malvinense. Este hecho le dio un aire de esperanzas al gobierno argentino, pero finalmente quedó en la nada. En 1910 nuestro país cumplió cien años de vida, en un contexto de gran prosperidad económica. Argentina obtenía influencia política en los organismos internacionales, donde era respetado debido a su éxito político y financiero, pero lamentablemente no alcanzó para poder exigir al Reino Unido, una vez más, la soberanía de las islas. A partir de la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en octubre de 1945, hasta 1965, los esfuerzos diplomáticos argentinos estuvieron centrados en el ámbito de ésta institución internacional debido a que en una votación realizada, se dictaminó que las islas debían pertenecer a la República Argentina. En marzo de 1967 en Londres se informó oficialmente que se estaba dispuesto a ceder la soberanía efectiva, pero la fuerte oposición de los habitantes de las islas hizo que el gobierno ingles se retracte en su decisión y todo quede como hasta entonces. Aquí podemos observar un fragmento de la carta que le envío el pueblo de las islas al gobierno inglés: “Tenga en cuenta que: los habitantes de las islas nunca fueron consultados sobre su futuro. Que ellos no quieren ser argentinos. Los isleños son tan británicos como ustedes. Cinco de cada seis nacieron en las islas. No hay problemas raciales, no hay desempleo y no hay pobreza, y no estamos en deuda” En 1982 el gobierno de facto argentino, encabezado por Leopoldo F. Galtieri, atravesaba una profunda crisis económica y social, y para mejorar su imagen decide invadir las islas y tomar el control de éstas el 2 de abril de ese mismo año. Fue una corta pero sangrienta guerra, donde los argentinos ocuparon las islas, desalojaron al gobernador británico y se cambió el nombre de “Puerto Stanley” por el de “Puerto Argentino”. De manera inmediata, el gobierno inglés envió una gran flota hacia el Atlántico Sur para llevar a cabo el recupero de las Malvinas. Los combates terminaron con el triunfo inglés el 10 de junio y las islas volvieron al dominio británico. Actualmente el gobierno argentino busca reinstalar el tema en la agenda internacional en el marco de la ONU para crear las condiciones que posibiliten una negociación con Gran Bretaña y que termine con el impasse en el que se encuentra esta cuestión desde que tuvo lugar la guerra, hace ya 25 años. El esfuerzo es encabezado por el canciller argentino Jorge Taiana, ante la ya mencionada organización, y ha sido apoyado por casi todos los países del Cono Sur.







Opiniones encontradas

La disputa por la soberanía de las Islas Malvinas viene desde hace más de doscientos años. Desde nuestro punto de vista, las islas deberían formar parte del territorio argentino por dos grandes motivos: Principalmente por adjudicación papal a España y por los derechos, tras la Revolución de Mayo de 1810, transmitidos a la República Argentina. Y además, debido a su proximidad con el continente y a la composición geológica que hace de su territorio una prolongación de la Patagonia. Estas razones, a pesar de haber sido avaladas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y por algunas de las actuales potencias mundiales, no son tenidas en cuenta por el gobierno británico. Creemos que para Inglaterra conservar el territorio es solamente una apuesta a la posteridad, ya que en la actualidad mantener las islas le da más pérdidas que ganancias. En un futuro no muy lejano las Islas tendrán una posición estratégica con respecto a la mayor reserva de agua dulce del mundo, la Antártida, y a la distribución de la misma durante los próximos años. También se cree que habría una reserva millonaria de petróleo en las islas y éste seria uno de los principales motivos por los cuales Inglaterra se interesa en conservarlas. Si bien nuestro ferviente deseo, al igual que el de todos los argentinos, es que de una vez por todas, el territorio forme parte de nuestro país, repudiamos la manera por la cual la última dictadura intentó controlar por la fuerza las islas, enviando soldados inocentes e inexpertos a una guerra completamente sin sentido. Por otra parte, confiamos en que pronto las máximas autoridades inglesas y argentinas lleguen a un acuerdo para que las Islas Malvinas formen parte de la República.


Nicolás Valenti y Juan Manuel Camiña

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